Pinturas: Paisajes
Juan Ramón Luzuriaga tenía que acabar el lírico de la paleta vasca, preregrino por las rutas de la intuición y el misterio. Mágico manipulador de unos colores japonesistas. Luzuriaga ha ido enfrentándose con la realidad inmediata a su estudio, merced a una búsqueda exigente, capaz de decir cosas nuevas sin deshumanizarse…
Contemplar la obra de Luzuriaga basta para obtener la conclusión de que nada ilógico matiza su trance creativo. Por el contrario lo que destaca en su mensaje es precisamente el saber explotar al máximo la capacidad racional, su lúcida inteligencia para llegar a tan puros resultados poéticos partiendo de emociones desperdigadas por los paisajes inmediatos.
Ello únicamente puede conseguirse a base de inteligencia y de absoluto dominio del oficio. En una palabra: de racionalizar una herencia y unos conocimientos definidos.
Y por ahí debemos buscar las apoyaturas poéticas y técnicas que caracterizan la veraz radiografía de nuestro artista, uno de los más destacados cultivadores de la pintura entre los que actualmente trabajan en el País Vasco.
Manuel Llano Gorostiza